¡Entrevista exclusiva!: Delecti

Tras mucho papeleo y mensajeros perdidos para siempre, hemos conseguido que Delecti el Nigromante, señor del Pantano Elevado nos conceda una entrevista en exclusiva para Mediocridad (por lo visto le ha gustado el nombre del blog). Para realizar tal proeza hemos enviado a nuestro mejor reportero: Poque, colaborador del blog y periodista autorizado del "Gacetillero de Kerofinela". Y he aquí su trabajo:

 De aqui a la eternidad

De un pequeño salto salvo la distancia entre el borde de la balsa y la orilla. Mis escoltas, cuatro aguerridos (en serio) patos, Espadas de Humakt, no pasarán de aquí. Me convenzo de que es una muestra de cortesía, y no el hecho de que ni ellos se atreven a avanzar más.
Ante mi se extiende un angosto sendero que serpentea entre tenebrosos sauces, telarañas y neblina. Más pasado de moda, imposible. Si mis contactos no me fallan, al final de ese camino está él, el hombre (?) del que todos hablan: Delecti.
La bruma y la oscuridad no me dejan apreciar los detalles de su fortaleza, más allá de una enorme doble puerta capaz de resistir un carga de un centenar de uroxis y que se abre mansamente al llegar ante ella. Por supuesto, no hay nadie a la vista, no vaya mi anfitrión a defraudarnos. Tras un hall en ruinas (cómo no) enmarcado por telarañas que se me antojan centenarias, un breve pasillo me lleva hasta un gran salón donde, en un trono esculpido con calaveras y huesos de todas las especies inteligentes de Glorantha, me espera el nigromante.
Enlutado de la cabeza a los pies, su túnica, capucha, guantes y botas no permiten descubrir su fisionomía, aunque no puedo evitar un leve escalofrío reverencial al contemplarle. Si los rumores son ciertos, el siniestro hechicero podría tener miles de años y ser lo único que impide que sus incontables sirvientes no-muertos me devoren al instante.
En silencio me señala con un gesto un sillón avejentado pero cómodo para que me siente. Cuando hago ademán de sacar mis herramientas de escritura, pluma, tintero y pergamino, un sirviente deposita una mesilla ante mi. Me parece que es (o fue) humano, aunque avanza renqueante y deja un tufillo penetrante tras él al fundirse de nuevo en las sombras. Carraspeo y empiezo a preguntar, sin ni una sola frase de cortesía, tal y como habíamos pactado.

Permítame, antes de nada, que le de mi enhorabuena. Tiene usted un aspecto excelente y apenas se le nota la podredumbre ¿cuál es su secreto? ¿sigue algún tratamiento rejuvenecedor?
La verdad es que… no. Aunque por todos es sabido que la practica de la nigromancia adelgaza bastante. Además, estoy plantando aloe vera que dicen que va muy bien para la piel reseca.

¿De dónde le viene su vocación como nigromante, señor Delecti?
Pues todo comenzó siendo muy joven, ya sabes. Hay unos conjuros que tu maestro no quiere que aprendas y esos son los que más te atraen. Además, con mis primeras ranas-zombi daba unos buenos sustos a las chiquillas (risas ahogadas y cavernosas)

Según mis informes, lleva usted en el Paso del Dragón desde el mismísimo Imperio de los Amigos de los Wyrms ¿qué le llevó a establecerse aquí? ¿Está contento con su elección?
Bueno, al principio yo no elegí el lugar. Digamos que mi intención no era quedarme si no más bien pasar una temporada bien oculto de miradas hostiles; Pero al final se le coge cariño al lugar, se acostumbra uno a la humedad y al final no se añora ningún otro lugar.

De todas las eras que han contemplado sus cuencas que intuyo vacías ¿cuál es su favorita?
Sin ninguna duda, el final del Imperio de los Amigos de los Wyrms, cuando la Guerra Matadragones. Era todo muy vistoso en aquellos tiempos: Ejércitos dorados, dragones de todas las tonalidades carbonizándoles. Era todo muy pirotécnico y bonito y todavía conservo amigos de aquella época que vagan por el pantano.

¿Recuerda su primer muerto? ¿Lo hizo usted mismo o le ayudaron? ¿Se considera un autodidacta?
Si, el primer muerto al que animé… así en plan serio, claro, fue el panadero de mi pueblo natal. Sufrió un accidente por mi culpa y quise enmendar mi error alzándole de nuevo. Mi intención era que nadie notara nada, pero los ancianos todavía recuerdan la peor hornada de la historia.

¿Por qué se decidió a ser inmortal? ¿se arrepiente de su decisión?
La muerte es lo único de lo que jamás se arrepiente alguien, pero yo, sinceramente, estoy bastante bien como estoy. Tomé esta decisión hace mucho y pienso seguir así mucho tiempo más.

El Paso del Dragón parece por fin pacificado, aunque hay rumores de rebelión entre los orlanthis. Usted ha permanecido escrupulosamente neutral hasta la fecha ¿quién piensa que va a resultar finalmente vencedor? ¿Apoyará a alguno de los bandos en conflicto?
No me gusta posicionarme por nadie, aunque puedo asegurar que cualquiera que entre en mis dominios no saldrá de ellos jamás. Viéndolo así podemos decir que apoyaré a aquel que menos se entrometa en mis cosas.

¿Cómo se lleva con sus vecinos? Lamento decirle que en lugares como Punto Pato no tienen muy buena opinión de sus esbirros ¿piensa hacer algo para cambiar esta impresión?
¿Mis vecinos? (Alza el tono de su voz de forma alarmante). Son unos desagradecidos. Cuando llegué aquí traté de hacerles llegar unas croquetas que yo mismo había preparado. Hace años era muy aficionado a la cocina. Pero cuando vieron llegar a mis sirvientes con las bandejas todos salieron corriendo, chillando y lanzando maldiciones. Desde entonces este pantano ha gozado de una terrible reputación. Asi que no esperen más croquetas.

Es bien conocida su... predilección por los siervos carentes de vida y voluntad propias, como zombies, vampiros, esqueletos... ¿cuáles son sus preferidos? ¿Qué cualidades valora usted en un sirviente?
Cada uno tiene sus pros y sus contras. Los zombis son obedientes hasta el extremo, pero no les pidas que te aten los cordones de los zapatos porque vas a acabar desatado y con las zapatillas sucias. Los vampiros son habilidosos pero al final siempre se creen que pueden vivir de forma independiente y escapan o tratan de traicionarte. Y los necrófagos… créeme, no te gustaría compartir mesa con ellos.

¿Y no tiene entre ellos a algún favorito? ¿Una creación de la que se sienta especialmente orgulloso?
Bueno si. Sin duda la ballena-zombi. No fue tanto el crearla sino el conseguir transportarla hasta aquí.

 Y, finalmente... ¿quién es su decorador?
¿Lo dice por esos cráneos de allí colocados por orden evolutivo, verdad? Aunque parezca mentira, todo esto es cosa mía.

La entrevista termina tal como empezó: Sin formalidades ni halagos de ningún tipo, cosa que agradezco, ya que estaba deseando salir de ese infecto lugar lo antes posible.