domingo, 7 de febrero de 2016

La insoportable levedad de ser... Humano en el mundo de Bola de dragón.




Ya he hablado por aquí más de una vez sobre el ascazo que me daba la escalada de poderes del final de la serie Dragonball, donde aquellos personajes tan carismáticos a los que vimos crecer y evolucionar quedaban relegados a una segunda posición, no siendo más que personajes de relleno que recibían las tortas que sobraban. Tal diferencia se hizo patente en la saga de Freezer, cuando aparecieron los “scouters” esos que no hacían más que explotar cuando el bestiajo de turno  hacía fuerza. Y yo, inocente de mí, pensaba que la tontería de las “unidades de combate” había terminado allí, hasta que descubrí que en internet hay cientos de foros “especializados” en la serie y que exponen las unidades de combate de todos los personajes a lo largo de toda la serie basándose en la fórmula de cálculo llamada “porque me lo invento yo” y los más atrevidos diciendo eso de “lo dijo Toriyama”, que por cierto, es un personaje (Toriyama es el autor de la serie original) tan cargado de leyendas y mitos, que merecería una entrada dedicada a él.

Pero volviendo a lo que me obsesiona quería exponer hoy, como homenaje a esos personajes olvidados, he buscado las fuentes más fiables y lógicas y he podido deducir sus unidades de combate al final de la serie para enumerarlas a continuación y demostrar al mundo que a pesar de todo, no eran tan inútiles.

En primer lugar tenemos a Mutenroshi, el maestro de Goku y oficialmente el hombre más fuerte del mundo durante buena parte del principio de la serie. Según el detector de Raditz, éste tendría 139 unidades, lo cual comparado con las 4 o 5 de un ser humano normal, lo convierten en una bestia parda.

En segundo lugar está Yajirobe, un hombre salvaje que apareció de repente en la serie y demostró ser capaz de cargarse sin mucha dificultad a los siervos de Piccolo. Además, llegó a entrenarse en el Palacio Celestial para prepararse para luchar contra los Guerreros del Espacio. Eso le situó en 670 unidades, aunque por su falta de interés en salvar el mundo dejó de entrenar y nunca llegó a progresar. Por otro lado, es de los pocos personajes de la serie que no mueren.

Después está el pobre Chaos, pequeño, blanco y ridículo. Conocido por algunos como “ese enano que explota”, Chaos llegó a enfrentarse con los Guerreros del espacio y después de ello entrenó con Kaito, lo que le sitúa en 50.000 unidades. Con esa capacidad de combate, Chaos podría tumbar a Nappa (el que lo hizo explotar y con una capacidad de entre 4.000 y 5.000) sin ni siquiera despeinarse su único pelo.

El siguiente en la lista es Yamcha, mi favorito y por lo que he visto en muchos mangas de aficionados, también el de mucha gente. Aunque era conocido como el eterno perdedor, solo murió una vez a manos de un Saibaman (Guerrero Semilla) y después de volver del planeta de Kaito, siguió entrenando con gravedad superior junto con Vegeta. Su capacidad de combate se calcula en 280.000 unidades, lo cual le sitúa por encima del mejor de los soldados de Freezer.

Luego viene Ten Shin, el calvo de tres ojos. Dentro de su incapacidad para enfrentarse a los rivales de la serie, este tipo siempre fue retratado como un guerrero honorable y valiente, que no dudó en enfrentarse a Célula e incluso a Bu. Con 305.000 unidades en su haber, se convierte en el segundo humano más poderoso.

Y el primero, como no, Krilin. El personaje mimado del autor, se tragó tantos marrones que nunca tuvo tiempo de descansar. Le zurraron en la tierra, le zurraron en Namek, le zurraron cuando volvió y al final se casó y tuvo una hija. ¿Se puede sufrir más en esta vida? Y es por ello que cuenta con 320.000 unidades, las cuales le convierten en el más poderoso del mundo.

Y hasta aquí muy bonito todo, pero si luego vemos que Freezer llegaba hasta 3.200.000, Célula 28.000.000 y que las cifras más altas alcanzadas por fusiones, Gokus y demás rondaban los 40.000.000, pues nos queda esa misma sensación que cuando nos cruzamos con Rocco Sigfredi en el vestuario del gimnasio.

Y ahora para terminar, algunos momentos estelares de estos personajes:
Yamcha siendo zurrado por un enanito azul.
 
Yaijirobe a punto de explotar por sobreingesta de judías mágicas.
Una chica pegándole a Ten Shin.
Krilin empalado de mala manera.
Y como no, el Maestro a punto de sufrir una de sus famosas hemorragias nasales.

5 comentarios:

  1. Me gustan las cosas hasta que se ponen técnicas y por lo tanto aburridas...
    Una serie de animación no tendría porque ser lógica.

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  2. Es el problema de las series de combate en las que el protagonista va escalando de poder cada vez más. Al final no hay por donde pillarlas. Ayer me enteré que hay un nuevo nivel de Superguerrer: el Super Saiyan God Super Saiyan, alias Emo Saiyan.

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    1. Lleva el pelo en la cara, se pregunta cosas existenciales sobre la vida y la muerte, y pertenece a la peor tribu urbana de todo Namek.

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  3. Nunca me quedó claro, si el dragón de la bola de dragón, era bueno o malo. a mi me daba miedo. creo que alguno bruto de esos de lo carga... Poe cierto, esas gafas gafas que calculaban las unidades de combate, las venden en los bazares chinos, seguro.
    Nunca se me borrará la entrañable primera temporada, el resto...

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