viernes, 23 de noviembre de 2012

El rol de ahora (Videojuegos y 8)



Quería terminar esta serie de entradas sobre videojuegos roleros en haber podido probar la “última generación” de juegos y haberlos analizado en detalle, pero mi situación económica no me ha permitido el hacerme con una máquina lo suficientemente potente como para probarlos, así que nos conformaremos con la “penúltima generación” que digo yo que no cambiará tanto.

Los videojuegos actuales gozan de una increíble calidad gráfica y de capacidad para recrear mundos extensos y “abiertos” como se les suele llamar. Desgraciadamente, muchas veces es esto mismo lo que hace que ciertos juegos de rol se pierdan entre paisajes preciosos, diseños de personajes y efectos espectaculares. La saga “The Elder scrolls” (a falta de jugar a su última entrega) era el claro ejemplo de esta evolución-involución: Mientras entregas anteriores como el “Morrowind” gozaban de una gran amplitud de posibilidades, su predecesor “Oblivion” resultaba ser un juego mucho más plano, lineal y cuyas misiones secundarias eran todo el rato lo mismo; Eso si, a veces daba ganas de sentarse en un pedrusco para simplemente contemplar las vistas de la ciudad a lo lejos o el discurrir de un rio. Otra saga a comentar, la del “Fallout”, iba perdiendo elementos roleros para ir transformándose en un juego de acción con toques de rol a partir de la tercera entrega; Y los diseñadores de los “Drankensang”, roleros de pro, no eran capaces de plasmar esa sensación de juego de rol de siempre a pesar de utilizar elementos que solo quien ha jugado a un juego de rol de lápiz y papel reconocería. 

¿Porqué? Supongo que porque son mundos diferentes. Un monitor y la imaginación conjunta de un grupo de personas sentadas en una mesa son algo muy difícil de cohesionar (cuidado, puede que me haya inventado esta palabra), y aunque todo va a gustos y todo tiene su momento, yo recomendaría a cualquiera que le guste el rol de los videojuegos a que tratara de jugar unas partidas de las de antes, para por lo menos poder decir que si ha jugado a lo que ha dado origen a sus videojuegos favoritos.

Una imágen preciosa en la que podemos ver a un guerrero que nunca se ensucia, montado en un caballo que no necesita comer, frente a una ciudad sin niños y la cual no necesita de ningún campo de cultivo para sustentarse. Detalles, si, pero qué detalles. La gran carencia del Oblivion.

3 comentarios:

  1. Muy bueno. Me pregunto si habrá algún aficionado a los MMPORPG o como se llame eso que se pase a los juegos de rol de toda la vida, y si le gustará el cambio.
    ¡Me ha encantado el pie de foto! ¿En los nuevos videojuegos todas las ciudades tienen niños y campos de cultivo alrededor o solo es una carencia del Oblivion?

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    1. Gracias por pasarte por aquí, Artus.
      Supongo que más de un juador de videojuegos habrá probado el rol tradicional aunque solo sea por pura curiosidad, pero faltaría ver si la carencia de gráficos y de subida de niveles a puntapala le habrá gustado.
      En cuanto a niños y campos... Ahora mismo estoy jugando al Drankensang y los hay, pero igual que en el Oblivion son minúsculos e incapaces de alimentar a toda la población. Los niños, inexistentes por el momento.
      Son detalles que en realidad no afectan para nada al juego, pero le quita algo de realismo.

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    2. Hola, muy buenas.

      Mucha razón tienes.
      Y precisamente vengo de unos minutos de solaz que he pasado ojeando una vieja Dragon en la que hacen propaganda de Oblivion con comentarios de "lo nunca visto en juegos", "qué nivel de detalle" y todo éso...

      Por una parte, mientras veía el anuncio he pensado "la de mundos que me he perdido". Porque sé que algo dentro de mi renunció hace tiempo a los juegos de ordenador y consola (creo que mi cerebro dijo "más hobbies no, por favor"). Fue en una época en la que me llegué a quedar hasta las 4AM jugando al Starcraft o al Warcraft (sin el World of). Sé que hay gente que ha llegado a más (p.e. los japoneses como Gangnam Style... perdón, que ése es chino...), pero para mi fue bastante. No fue un trauma ni nada parecido, simplemente que me da mucha pereza meterme en un juego de éstos y también un poco de miedo porque sé que caigo fácilmente y me pasaría horas dale que te pego con riesgo de perder familia y trabajo.

      Y aparte de contar mis miserias, está la comparativa con el rol "de mesa", como me da por llamarlo últimamente para diferenciar. Creo que todos tenemos la misma opinión. El rol de mesa es algo inigualable por lo que mencionas: imaginación conjunta de un grupo de personas. Es difícil emular eso. Curiosamente, aunque la imaginación no pueda llegar a presentarnos imágenes tan curradas como las de los videojuegos, los videojuegos no pueden presentarnos imágenes como las que salen de nuestra mente, y sea por lo que sea, éso es lo que sigue haciendo que añoremos el rol, entre otras cosas (p.e. el saber que el "generador del mundo" es otro ser humano y por tanto, impredecible y de una potencia mental -supuestamente- superior a la de una máquina, lo que hace que nos estremezcamos de la emoción y el cague al imaginar lo que puede haber a la vuelta del pasadizo del dungeon...).

      Jugando a rol de mesa, no pasa nada porque el master no describa a los niños o los campos; los damos por supuesto, nuestra mente los "rellena". Pero en el territorio del videojuego, precisamente por ser todo visual, la imaginación se inhibe y por ello creo que es por lo que cualquier falta de detalle parece dolorosamente intensa.

      Saludos,
      CdP

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