Allá
por los años 60, el mítico músico inglés John Lennon, miembro de los Beatles,
salía con una muchacha rubia y de ojos azules paradigma de la belleza europea.
Pero entonces apareció una tal Yoko Ono, una oriental sombría y misteriosa que
comenzó una extraña relación con el músico que acabaría generando malos rollos
varios a quienes les rodeaban y que llevaría a la banda a la ruptura.
Viéndolo
así podríamos afirmar que Yoko Ono acabó con la mayor banda de Pop-Rock de la
historia, lo cual la convertiría en un personaje despreciable pero no mediocre.
Pero ahí no acaba la historia.
La
disolución de los Beatles no fue tan mala; Gracias a ella el mundo ganó grandes
hitos musicales, como la Imagine de Lennon, el concierto por Bangladesh de
George Harrison o incluso películas como aquella en la que Ringo Starr hacía de
cavernícola o esa otra en la que Paul Mcartney se iba convirtiendo en una
señora mayor. Y… ¿Cómo? ¿Qué lo de Mcartney no era una peli? ¿Qué eso le pasó
en la VIDA REAL? Coño.
Venid, venidniños, que la abuelita os cantará una canción. |
Así que
hasta aquí bien. Una de cal y otra de arena. Equilibrio cósmico. Mediocridad.
Pero esta mujer todavía tenía algo que ofrecer al mundo: Su talento oculto.
Aprovechando su fama y acompañada por su hijo, portador del apellido Lennon, se
embarcó en una carrera musicoexperimental a base de gemidos, chirridos y
graznidos con los que era capaz de atraer a pequeñas masas de personas que,
sumidas en una furia oligofrénica, daban la sensación de que aquello tenía algo
de calidad. Después de aquello la pobre mujer se dedicó a subastar hasta el
último pelo púbico que quedaba de su marido y si hubo más no lo sé. Podría
haberme documentado, haber publicado una biografía en condiciones y quedar como
un señor, pero éste no es mi estilo; Yo prefiero quedarme en las cosas
superficiales: Su cara de “haced como si no estuviera aquí”, ese desnudo junto
a su marido cuando éste todavía vivía (de no ser así habrían quedado unas fotos
harto desagradables) y ese deseo por mantener viva la memoria de uno de los
grandes de la música.
Pues sí... que me perdonen los que conozcan la vida y obra de esta señora mejor que yo, pero visto con perspectiva, tenemos un gran grupo de gente que crea, se acerca un elemento perturbador (del equilibrio, digo) que es Yoko Ono, y todo salta por los aires. Y lo que se hace después no supera lo que se hacía antes (aunque muchos dicen que los Beatles ya estaban en decadencia).
ResponderEliminarPues sí, a mi también me da yuyu Yoko Ono (la culpa de todo... ya sabemos). Seguramente tenga algún rasgo caótico que ignoramos y sea el agente de quién sabe quién.
Que conste que no he escrito esta entrada como reproche a la señora. Quién sabe si realmente los Beatles se separaron por su culpa o qué y si habrían creado una obra maestra después o se habrían convertido en los "Camela británicos". Las cosas son como son y ya está. Lo que pasa es que me da la sensaciónd e que todo el mundo la hace culpable de los males del mundo y por ello merecía una entrada.
ResponderEliminarEse clásico: http://www.youtube.com/watch?v=rAvNS_hXzOg
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