viernes, 4 de diciembre de 2015

El conato de Eldritch (ya el final)



Nota previa: Para saber de qué va esto, hay que leer ésta entrada.

 
Está el mar como para ir a pescar sardinas.


Turno9:
El principal objetivo de Silas en este momento es el de salir del continente americano y regresar a Australia, para intentar cerrar el portal y desde allí resolver el primero de los misterios, así que se enrola junto con sus compañeros en un barco, y parte desde Buenos Aires (infestado de bichos chungos). Durante el viaje charla con el capitán y descubre que éste ha vivido alguna experiencia relacionada con los mitos en Asia (pista al canto, pero demasiado lejos). Y mientras tanto, aparece un Cthonian a través de un portal en Arkham y un Gul en Sidney, lo que hace que cerrar el portal no vaya a ser tan sencillo.

Turno 10
Aprovechando las últimas horas de navegación, Silas y los suyos descansan (a tope de vida y cordura) y desembarcan en Sidney. Una vez allí deben enfrentarse con el gul que merodea en las inmediaciones del portal a cerrar y, sinceramente, después de darse bofetadas con un retoño y un dios-araña, el gul a Silas le sabe a poco y lo despacha en un santiamén. El fin del mundo está cerca; la influencia de Cthulhu atenaza la mente de nuestro héroe, un nuevo portal se abre en Tokyo, pero… ¿Y lo bien que sienta ver a un enemigo derrotado?

Turno11
La mente de Silas se resquebraja lentamente, por lo que el descanso es algo esencial. Y en sentirse mejor, se embarca en la peligrosa misión de cerrar el portal de Sidney.
Una vez cruzado el desgarro en la realidad, Silas se encuentra en Yuggoth, en el otro extremo del sistema solar; allí descubre unas extrañas pirámides verdes las cuales los Mi-go (también conocidos como hongos de Yuggoth) rehúyen con temor. Pero Silas ya ha llegado demasiado lejos como para volver sobre sus pasos y penetra en las extrañas construcciones, hallando un poderoso objeto arcano (La flauta de los dioses extraños) y también el modo de cerrar el portal.
Cuando regresa triunfante a la Tierra, descubre que su acción ha repercutido en la realidad y dos portales más se han cerrado en otros puntos del globo. Una pequeña victoria que le da fuerzas para embarcar de nuevo y tratar de resolver el primero de los misterios.

Turno 12
Después de reclutar a un puñado de matones a sueldo y embarcarlos con la sana intención de usarlos como carnaza para los profundos, Silas y los suyos zarpan hacia mar adentro, donde son interceptados por un ángel descarnado (el mismo que llevaba varios turnos dando tumbos por el mapa). La lucha es larga y dura (mamá, me pica la lucha), pero los de Silas ya tienen el culo pelado de matar bichos y siguen adelante.
Por desgracia para todos ellos, lo que encuentran al llegar a su destino supera con mucho sus expectativas; el mar bulle con la actividad de cientos de seres más allá de la comprensión de sus frágiles mentes; y así, mientras la tripulación lucha desesperadamente o se quita directamente la vida, Silas rinde su voluntad ante la ominosa llamada de Cthulhu y se arroja al mar, para unirse a las filas de los que se había propuesto destruir.
Y fin.
 
Chipirones! Sepias! Calamares!
Nota póstuma: Hasta aquí las andanzas del bueno de Silas. Me da pena, pero no mucha. En primer lugar, debo decir que de todos los juegos con modo un jugador que he probado, éste es sin duda el mejor. También comentar que uno de los defectos que le atribuían en ciertas reseñas, que era el de resultar demasiado fácil, no lo he visto por ninguna parte. En mi partida, Silas lo ha tenido muy chungo desde el turno 1 y a pesar de pequeñas victorias y tiradas de dados afortunadas, ha acabado la partida sin resolver ni un misterio, ni realizar ninguna expedición, ni nada. Prepararé otra partida en el futuro para poder contrastar, pero así de primeras, me parece imposible que un tipo solo pueda abarcar en pocos turnos todo el mapa para evitar que el primigenio resucite. En fin… Hasta aquí este “conato de Eldritch” con final agridulce.

Nota póstuma a la nota póstuma: Esta misma tarde, para aprovechar que estaba el tablero y las cartitas en la mesa, he empezado otra partida, cambiando a Cthulhu por Yog- Sothoth y a Silas por una chamán (para probar eso de los conjuros) y menudo cambio. En cinco turnos tenía los tres misterios resueltos y al primigenio de vuelta a su dimensión ignota y deprimente sin necesidad de apoyos, ni ayudantes ni nada... Asombrado me hallo.  ¿Y qué conclusión podemos sacar de todo esto? ¿Qué los chamanes son mejores que los marineros? ¿Qué vale más conjuro en mano que barquitos navegando? ¿Qué los caminos del señor son inescrutables? No. Simplemente, que no hay que dejarse llevar por el primer tipo de pecho tatuado con el que nos topemos. Y también que el factor suerte ahí está...

2 comentarios:

  1. Lo que pasa con Silas, es que no ha sabido rodearse de gente adecuada. Pero ha sido más divertido leerlo de lo que esperaba.
    Pobre Silas.

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    1. Te agradezco la paciencia mostrada.
      Este tipo de cosas son precisamente las que me hacen aborrecer los blogs.

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